15 de diciembre de 2012

Hard Boiled

Otra entrada para la sección "Lecturas de Cómic". Antes de nada advertir que en esta época  las cenas de navidad de empresa (como la de anoche) dejan sus secuelas, uno va cogiendo años y ya no recupera igual... así que espero estar medianamente inspirado en los textos.

Bueno, hoy presento esta obra con guión de Frank Miller y dibujo de Geof Darrow, y lo primero que quiero dejar claro es que no es precisamente uno de los mejores trabajos de Miller, el que fuera uno de los grandes renovadores del género (y que por cierto últimamente esta de pena). Sin embargo merece una entrada ante el abrumador trabajo gráfico que desplegó el señor Darrow.




En este cómic nos vamos a encontrar con una historia de ciencia ficción e intriga, que probablemente apenas alcanzaría para un único tomo, y que sin embargo abarca tres tomos en aras de un dibujo de grandes viñetas, de página completa y de doble página, llenas de miles (incluso diría millones) de detalles, muchas de ellas sin texto alguno, en las que el lector puede perderse contemplándolas una y otra vez y siempre encontrará algo nuevo.

Probablemente esta sea la mayor virtud y paradójicamente la causa de los mayores defectos de esta obra. Y es que ante esas páginas cuajadas de detalles de todo tipo, la trama queda en segundo plano y el ritmo de la historia se rompe una y otra vez. El lector queda atrapado en  las páginas y al final, ni termina de disfrutar los dibujos, ya que uno busca continuar la historia, ni puede evitar pararse ante viñetas a doble página apabullantes que como digo rompen el ritmo.












Así, de una forma un tanto confusa vamos a leer una historia ambientada en un hipotético futuro, relativamente cercano, donde una Mega Urbe plagada de seres humanos, con un tráfico demencial y un hacinamiento enfermizo son los verdaderos protagonistas de la saga.

Pues bien, en esta megalopolis, las grandes corporaciones juegan muy duro para dominar el mercado de esta masa de consumidores, porque ya no se les puede llamar seres humanos, y tienen a su servicio Cyborgs muy correosos que se encargan de eliminar a posibles competidores. 

Es importante advertir que es un cómic extremadamente violento y sanguinario.









Este el el caso de Nixon, aunque él cree que se llama Carl Seltz o lo que sus amos tengan a bien insertarle en sus circuitos, que alegremente se levanta todas las mañanas  de su maravillosa vida "normal" para ir a trabajar. 

Parece ser que el autocontrol y la estabilidad mental no son sus mejores cualidades, aunque sus programas de seguridad y su familia-soporte hagan todo lo posible por devolver las aguas a su cauce, con bastante éxito en general.

Sin embargo Nixon no es el único empleado de este tipo y parece ser que sus antiguos compañeros de trabajo se han terminado de dar cuenta de lo que son y para que sirven... y no les hace demasiada gracia...








En conjunto queda una historia bastante clásica (es verdad que ahora mas que antes) y con pocas sorpresas finales, aunque sea lo suficientemente atractiva para merecer su lectura y también relecturas posteriores; pero sin duda la baza fuerte es el dibujo a pesar de los efectos colaterales que mencionaba al principio de la entrada.

Verdaderamente es digno de una mente enferma la cantidad de objetos y basura que atiborran cada rincón de las viñetas; no sé lo que tardará en dibujar cada página este hombre pero solo imaginárselo asusta. Por otra parte el trazo de su lápiz y la linea de sus figuras a gran escala son estupendas.

Concluir diciendo que el balance final es el de una obra irregular, única en algunos aspectos, admirable a veces pero a la vez capaz de saturar. Sin duda merece la pena leerla al menos una vez para que cada cual saque sus propias conclusiones.   













Como apunte final decir que el escenario que plantea Miller asusta por lo plausible, vista la voracidad de las grandes corporaciones capitalistas, y que si hoy en día no circulan por la cuidad "empleados" como Nixon es porque aún no se ha desarrollado la tecnología necesaria, no porque hayamos avanzado como civilización ni en códigos éticos de conducta...


2 comentarios:

  1. Gran reseña, Jorge. Iluso yo, durante mucho tiempo consideré que las tres leyes de la robótica de Asimov, una de las cuales prohibe a los seres mecánicos dañar a un Humano, eran de una lógica total y que llegado el caso, se aplicarían a dichos robots cuando por fin aparecieran en nuestra sociedad. Visto que los mayores avances se están realizando en el ámbito militar y que a fin de cuentas esas leyes no son más que una opción de programación de la que perfectamente se puede prescindir, está claro que ni se van a aplicar ni se convertirán en pauta inviolable. Seguimos siendo Humanos...

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    1. Ay, alma cándida... Para cuando la sociedad admitira que el dinero y el poder son "drogas" mas fuertes que la heroina o la cocaina, y que producen efectos mucho mas perversos y envilecen al ser humano...


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